Resignación Cero

Hay ocasiones en que una relación se acaba por la decisión de una de las partes, pero la otra (la afectada) no lo acepta y es ahí donde comienzan los problemas.

El o la que termina, por lo general, continúa su vida tranquilo, feliz y con la sensación de haberse sacado un peso de encima. Quiere disfrutar de su soledad sentimental con sus amigos y amigas o desechar el tácito pacto de fidelidad, ahora inválido, con alguno que otro encontrón.

Por el otro bando, está el ''terminado'' que luego de salir de su estupefacción se siente miserable con el lloriqueo a punto de estallarle en cualquier momento y recordando todo lo compartido con la esperanza de encontrar la causa de su desgracia. Demuestra su miseria ante todo el mundo, que por lo general son sus amigos, en su soledad y hasta en el messenger, hi5 y facebook. En las reuniones y fiestas toman hasta que no les quede más vómito que arrojar y al día siguiente se despiertan sintiéndose la peor porquería del mundo mientras se enteran como su ex está más feliz que nunca con su nueva pareja.

Lo único que les queda a estos infelices es aceptar de que trillones de relaciones se acaban a cada minuto en el mundo y que siempre va a haber alguien mejor para ellos o ellas que puede ser otra pareja, amigos, amigas o un perro.

La otra opción y la más recomendable es intentar por todos los medios una reconciliación, a toda costa, para dejar de sentirse tan patéticamente mal. Seguir a su ex a todas partes y frecuentar a las mismas personas para que estas sean las artífices de la tan ansiada reconciliación y ser tan persevarantes que a la otra persona le dé miedo y quiera volver antes de que ocurra alguna desgracia pasional.